lunes, 9 de septiembre de 2013

CONVENTO HOSPITAL DEL POZO SANTO




CONVENTO HOSPITAL DEL POZO SANTO
Está situado en la plaza del Pozo Santo, 1. El Beaterio de Terciarias Franciscanas de Sevilla que en 1946 se convirtió en Congregación de religiosas, debe su fundación en el siglo XVII a a Marta de Jesús Carrillo, natural de Priego de Córdoba y Beatriz Jerónima de la Concepción, sevillana, quienes, una vez viudas y después de ejercer su labor caritativa en otros lugares, compraron en 1667 el solar para la construcción del Hospital del Santísimo Cristo de los Dolores en la plaza en la que actualmente se encuentran. Conocido como Hospital del Pozo Santo está destinado para la atención de personas enfermas e impedidas. 
 
La disposición del edificio viene obligada por las sucesivas ampliaciones al incorporarse las casas adyacentes, hasta incluso el siglo XIX, para realizar su labor asistencial. Por tanto es muy irregular, apareciendo los patios que iluminan las sucesivas galerías, especial es el primer patio de la entrada que se corresponde con la primera fase de la obra en 1680, presenta arquerías sobre columnas y la planta superior balcones entre pilastras. 
Conserva una buena colección de pinturas atribuidas a la Escuela Sevillana del XVII, destacando por su dramatismo iconográfico la Gran Epidemia de peste de 1649, una copia magnifica del XVII de la Adoración de los pastores, cuyo original se encuentra en la National Gallery de Londres o una serie de Arcángeles, siete en total, en los que se adivinan rasgos de Zurbarán, su autor es Bernabé de Ayala.
La Capilla de una sola nave y bóveda de cañón, destaca el retablo mayor de la escuela de Pedro Roldán de 1680 con la imagen del Cristo de los Dolores en su calle central.
 
En el presbiterio las pinturas murales dan muestra del barroquismo que lo  impregna, con la iconografía que aparece en los medallones de Santo Domingo, Santa Justa y Santa Rufina, San Antonio de Padua y San Cayetano. Otros retablos del XVIII destacan, el de la Virgen del Tránsito  y el de un Crucificado con una Dolorosa y en el muro derecho el San José y el Niño.
Es curioso el balcón cerrado por una reja de hierro forjado y celosía de madera, para que los impedidos pudieran asistir a los oficios religiosos.





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