CONVENTO DEL SANTO ÁNGEL
Está situado en la calle Rioja número 23,
es un convento de aspecto sobrio fundado en 1587, está regido por la Orden de
Carmelitas Descalzos. Su diseño podría deberse a Alonso de Vandelvira, por su
traza y las yeserías que adornan sus bóvedas. La Portada tras el compás de entrada
es de 1640 y realizada por Pedro Sánchez Falconete al igual que el templo, es
de un solo cuerpo y en el dintel figura una cartela con la inscripción latina -ANGELIS SVISDEVS MANDAVIDTE VTCVSTO DIANTTE.INOMNIBVS VIISTVIS- (Dios mandó a sus ángeles para que te custodiasen en todo momento) y por encima, en el remate el
Ángel de la Guarda le da protección a un niño.
La Iglesia consta de tres naves con
crucero, la nave central tiene bóveda de cañón y las laterales son bóvedas de
arista y profusa decoración de yeserías y en el crucero se alza una bóveda
semiesférica decorada con un vistoso florón central.
El primitivo retablo mayor de 1625 fue
destruido durante la invasión francesa, el actual de estilo neoclásico está
presidido por un amplio camarín con la Virgen del Carmen y el Niño Jesús, una
obra de Cristóbal Ramos de 1780, en plena transición del barroco al neoclásico,
es una obra que busca la atención del devoto al abrir sus brazos. Las otras
figuras que le acompañan en las calles laterales y en sus respectivas
hornacinas son Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. En el centro del
banco hay un templete con el Niño Jesús y a ambos lados las imágenes del
Arcángel San Rafael y el Ángel de la Guarda de finales del XVIII de Blas Molner
y en el ático un resplandor con el escudo mariano. En los muros del presbiterio
una pintura de la Inmaculada que pudiera ser de Juan del Castillo de 1630 y en
el lado derecho la Virgen de Guadalupe. El presbiterio se completa con dos
ángeles lampadarios de Luisa Roldán, la Roldana.
En la cabecera de la nave del Evangelio
nos encontramos con la capilla Sacramental, una capilla diseñada por Aníbal
González en la que vemos un extraordinario Crucificado de Martínez Montañés de
1617, El Cristo de los Desamparados, está directamente relacionado con el
Cristo de la Clemencia que se encuentra en la Sacristía de los Cálices de la
Catedral.
Otro de los retablos que levantan una
gran devoción es el dedicado al Milagroso Niño Jesús de Praga, la imagen
aparece coronada, vestida con ropas imperiales y portando en la mano izquierda
el globo terráqueo, es una imagen reciente del sevillano Fernando Aguado, cuyas manos han sabido dar forma a la dulzura encarnada. Las
pinturas que aparecen en el retablo son de Díaz Arnido y en el ático el lema de la devoción
al Niño Jesús de Praga –Cuanto más me honréis, más os favoreceré-.
El siguiente retablo que llama la
atención del espectador, sea devoto o no, es el dedicado a María Santísima de
los Siete Dolores, una imagen que muestra la extraordinaria belleza de la
Dolorosa, un busto realizado en 2005 por Romero
Zafra, mostrando con gran realismo el momento, está flanqueada por las pinturas de dos ángeles pasionarios, uno con la
escalera para bajar al Señor de la Cruz y el otro entregando a la Virgen la
sábana para envolver el cuerpo de su Hijo.
Otro de los altares que atrae a muchos
devotos es el dedicado a San Expedito, abogado de causas difíciles e
imposibles, a continuación el de la Virgen de Fátima y María Auxiliadora.
El retablo de San José con el Niño,
flanqueados por las tallas de Santa Ana enseñado a leer a la Virgen y San
Joaquín, atribuidas al círculo de Pedro Roldán de principios del siglo XVIII.
En resumen, este templo contiene una
buena colección de esculturas, todas ellas muy veneradas, cómo el Sagrado
Corazón de Jesús, la de San Elías, de Pedro Roldán, y realizada en 1679, la
Inmaculada Concepción de Duque Cornejo de 1743 procedente la capilla de los
burgaleses del desaparecido convento casa grande de San Francisco.
No hay comentarios :
Publicar un comentario