CONVENTO DE SANTA ROSALÍA
Se encuentra en la calle Cardenal Spínola
número 8, este convento de monjas Franciscanas Capuchinas se funda en 1701 por
una hermana del Cardenal de Sevilla Jaime de Palafox, sor Josefa Manuela, que sería
su primera abadesa, traídas a Sevilla junto a cuatro hermanas desde Zaragoza, para fundar la Comunidad en nuestra ciudad. Tras la adquisición de diversas casas se
inician los trabajos para la construcción de este conjunto de unos
cinco mil metros cuadrados. La construcción completa, convento e iglesia, se
finalizaría hacia 1725 y la llevaría a cabo muy probablemente el arquitecto
Diego Antonio Díaz. Un incendio ocurrido en 1761 destruiría la iglesia, teniendo que ser reconstruida por Antonio Matías de Figueroa, por lo que su reconstrucción finaliza en 1763, del primitivo se salvó
su fachada con la hornacina que alberga una imagen de Santa Rosalía, todo ello
obra de Diego Antonio Díaz.
Del mismo arquitecto es la sala que sirvió como dormitorio de
verano, es una sala hipóstila, en el que su techo está sostenido por columnas
toscanas, dando un efecto de claroscuro en sus bóvedas de arista. El conjunto
ocupa un espacio cuadrangular, en el costado derecho se encuentra la Iglesia y
en el izquierdo el convento en sí en torno a un patio.
La reconstrucción de la Iglesia corrió a
cargo del arquitecto Antonio Matías de Figueroa, es de planta de cruz latina de
una única nave y dividida en cuatro tramos, de bóveda de cañón con lunetos,
siendo de bóveda baída el crucero.
Alberga una gran colección de retablos, todos ellos de Cayetano de Acosta, por lo que no extraña que al verlos, se note un efecto de unidad, desde la majestuosidad del Retablo Mayor al resto y a las distintas vitrinas y consolas que se adosan a los muros del crucero.
Alberga una gran colección de retablos, todos ellos de Cayetano de Acosta, por lo que no extraña que al verlos, se note un efecto de unidad, desde la majestuosidad del Retablo Mayor al resto y a las distintas vitrinas y consolas que se adosan a los muros del crucero.
El retablo mayor rococó, alberga en su hornacina
central a la imagen de la Inmaculada flanqueada por San
Antonio de Padua y Santa Clara, destacando el rico y vistoso
policromado de los ropajes en contraposición con la sencillez y pobreza
de la orden franciscana. En el remate aparece la imagen de Santa
Rosalía, titular del convento. Toda esta ornamentación se complementa
con las excelentes pinturas al temple, las de la bóveda del presbiterio con el
Padre Eterno rodeado de ángeles con San Lorenzo y San Esteban, todo ello
encuadrado en un fondo arquitectónico que imita una gran cúpula. En los muros
laterales aparecen pinturas igualmente con las figuras de Santa Clara en el
momento de la ordenación por San Francisco y otra en la que Santa Clara está
expulsando a los sarracenos de Asís, también figuran las imágenes de Santa
María Magdalena y Santa María Egipciaca, todo el conjunto pictórico es obra de
Juan de Espinal del último tercio del XVIII. Además cuenta con los dos mejores ángeles lampadáriios de Sevilla.
A ambos lados del crucero se encuentra a la izquierda los retablos de San Francisco Javier flanqueado por San Luís Gonzaga y San Francisco de Borja.
A ambos lados de este retablo otros dos más pequeños denominados de hornacina con las imágenes de San Luís de Tolosa y San José.
En el muro derecho se encuentra el retablo dedicado a Santa Teresa de Jesús, teniendo las calles laterales las figuras de San Joaquín y Santa Ana. Estos dos retablos de los extremos de los brazos del crucero, cuentan con un extraordinario y colosal remate.
A ambos lados de este retablo otros dos de hornacina con las imágenes de la Virgen del Pilar y Santa Inés de Asís, en todos ellos podemos admirar la magnifica muestra de rocalla. A los lados de este muro se encuentran otros del mismo tipo de vitrinas que albergan esculturas del Niño Jesús.
A ambos lados del crucero se encuentra a la izquierda los retablos de San Francisco Javier flanqueado por San Luís Gonzaga y San Francisco de Borja.
A ambos lados de este retablo otros dos más pequeños denominados de hornacina con las imágenes de San Luís de Tolosa y San José.
En el muro derecho se encuentra el retablo dedicado a Santa Teresa de Jesús, teniendo las calles laterales las figuras de San Joaquín y Santa Ana. Estos dos retablos de los extremos de los brazos del crucero, cuentan con un extraordinario y colosal remate.
A ambos lados de este retablo otros dos de hornacina con las imágenes de la Virgen del Pilar y Santa Inés de Asís, en todos ellos podemos admirar la magnifica muestra de rocalla. A los lados de este muro se encuentran otros del mismo tipo de vitrinas que albergan esculturas del Niño Jesús.
En este muro aparecen en lo alto unas
hornacinas que albergan las figuras de San Serafín y San Fidel. A destacar el
púlpito de madera del XVIII con la figura de la Fe en el tornavoz. A los pies
de la nave se encuentra un retablo dedicado a la Divina Pastora, que solo es posible verla con el flash ya que el cristal que tiene protegiéndola impide ver el interior.
En los cuatro pilares del crucero y a media altura se sitúan unas hornacinas que albergan a distintos santos de la orden.
En la clausura se rinde culto a la Dormición de la Virgen, es una imagen del XVIII, de vestir y anónima, durante los días 14 y 15 de agosto y siguiendo la tradición, tras la procesión de la Virgen de los Reyes, se tiene oportunidad de rendirle culto en el besapies.
En la clausura se rinde culto a la Dormición de la Virgen, es una imagen del XVIII, de vestir y anónima, durante los días 14 y 15 de agosto y siguiendo la tradición, tras la procesión de la Virgen de los Reyes, se tiene oportunidad de rendirle culto en el besapies.
En esa clausura hay una buena colección de
los prelados que de alguna manera fueron benefactores del convento, teniendo
especial significación el busto del Cardenal Solí de Juan Adán de 1775 que
acompañó una pequeña urna con el corazón del prelado, recordemos que este
Cardenal fue el que impulsó la reconstrucción tras el devastador incendio.
Entre las riquezas que atesoran estas
entrañables hermanasen su museo, está la magnifica colección de Niños Jesús, las pinturas
o las vestimentas litúrgicas o las muchas reliquias que les han ido llegando a
la Congregación.
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