CONVENTO DE SANTA PAULA
Está situado en la calle Santa Paula
número 11, es el convento de Sevilla más antiguo y mejor dotado artísticamente,
fue fundado en 1473 por Doña Ana de Santillán de Guzmán, señora de familia
noble, su padre fue caballero veinticuatro, en 1483 su amiga Doña Isabel
Enriquez, marquesa de Montemayor patrocina la construcción de su Iglesia,
terminada seis años más tarde. Alberga a la Congregación de Monjas Jerónimas.
La estructura del convento es sumamente
compleja, alternándose espacios vacíos que sirven cómo compases, patios o
jardines. Su entrada se lleva a cabo cruzando un pequeño compás que nos lleva a
la clausura cuyo aspecto es del siglo XVII.
Del último tercio del XVI queda el
llamado patio viejo, formado en la planta baja por arcos de medio punto
peraltados y apoyados en columnas de mármol con zócalos de azulejos de cuenca
son de finales del siglo XVI, y en la planta alta uno de los frentes presenta
balcones y en el resto arcos de medio punto enmarcados sobre pilares ochavados,
alrededor de este patio se desarrolla la vida del convento, accediendo al
refectorio, cocinas y distintas celdas o a la enfermería y al callejón de las
Gracias. Las muchas reformas y ampliaciones que se llevaron a cabo fue como
consecuencia del auge que la congregación tuvo a principios del XVII, entre
1615 y 1622, en el que el número de monjas aumentó sustancialmente, estas obras
realizadas por Diego López Bueno tuvieron lugar en el claustro principal, la
escalera, la espadaña y la fuente, además de los coros, la Iglesia y la magnífica
arquería que comunica los dos patios.
El tránsito entre los dos patios, el
patio viejo y el patio grande o claustro principal, se hace a través de una
arquería de cuatro vanos de medio punto sobre columnas pareadas. El patio
grande de planta cuadrangular cuenta con una doble arquería, planta baja y
planta alta, de arcos de medio punto sobre columnas de mármol, siendo sus
capiteles en la planta baja de castañuelas y cimacio y en la planta alta
toscanos. A este patio se abre la enfermería, las capillas de la Bendición y
del Señor de la Corona, la Sala capitular, el despacho de la Abadesa y la
Iglesia.
La entrada principal de la Iglesia se
encuentra tras el compás ajardinado, presenta una portada gótico-mudéjar con
pequeños toques del renacimiento que comienza, el arco ojival y el ladrillo
mudéjar confieren una mezcla exquisita, los azulejos presentan la fecha de 1504
y la firma de ceramista italiano Niculoso Pisano. Los ángeles portando los
emblemas de la Orden y los tondos de Santos son de Pedro Millán, discípulo de
Mercadante de Bretaña. En el tímpano aparece el escudo de los Reyes Católicos.
La
Iglesia es de una sola nave de tipo cajón, como viene siendo habitual en los
conventos, cuenta con una cubierta mudéjar de 1623 y en el presbiterio con
bóveda de nervadura gótica. El retablo mayor es de 1730 y aparece en la
hornacina central la imagen de Santa Paula, obra que realizó Andrés de
Ocampo en 1592 para el primitivo
retablo.
En los laterales se encuentran los
sepulcros de los Marqueses de Montemayor con figuras yacentes del XVI. En el
muro izquierdo se encuentra el retablo de Alonso Cano de 1635 dedicado a San
Juan Evangelista, una imagen de Martínez Montañés de 1637 al igual que los
relieves que aparecen en la parte superior, las pinturas son copias ya que las
originales de Alonso Cano también fueron sustraídas por el inefable Mariscal
francés. En el muro derecho se encuentra el retablo realizado por Felipe de
Ribas en 1637 dedicado a San Juan Bautista, la imagen es de Martínez Montañés
de 1638. Le siguen varios retablos cómo el del Cristo del Coral, la Dolorosa,
que en un principio tuvo pinturas de Zurbarán hoy desaparecidas.
A los pies de la nave se encuentran el
coro alto y el coro bajo, ambos son rectangulares y de gran tamaño. El coro
alto cuenta con una celosía de madera entre vanos, siendo en los extremos
rectangulares sobre los que se abre un óculo y el central de medio punto
sostenido sobre columnas. En este espacio se encuentra el museo conventual, en
el que se puede ver a San Jerónimo y la Huida de Egipto ambos del XVII,
numerosos enseres de plata cómo una patena de plata dorada del XV, un arca en
carey y plata del mismo siglo que se utiliza en el Monumento del Jueves Santo y
un magnifico ostensorio rococó de plata dorada de finales del XVIII y un
extraordinario y bellísimo Nacimiento
del XVIII en el que sus diminutas figuras van encarnando las distintas escenas
de la Virgen, que provocan una gran admiración por la minuciosidad del
conjunto.
En el coro bajo una doble reja de hierro
separa la clausura y en su interior destaca un lienzo de Herrera el Viejo sobre
la vida de Santa Paula y una Inmaculada bellísima de la escuela madrileña,
carece de sillería siendo sustituida por un banco corrido, cuenta con zócalos
de azulejos de 1615 y 1616. La sacristía de la Iglesia presenta una bóveda
esquifada mudéjar y lienzos barrocos.
El museo del convento es de gran
atractivo, en él se exponen una serie de guirnaldas alrededor del Ángel de la
Guarda del siglo XVII de José Risueño y otras del XVIII de la escuela flamenca
así cómo una serie de esculturas del mismo siglo. De este mismo siglo una
imagen de San Juan Niño, la Adoración de los Pastores del XVII cuyo autor es un
discípulo de Ribera, Juan Do, un San Miguel de principios del XVII de Eugenio
Cajés, un Crucificado y los bustos de una Dolorosa y de un Ecce Homo todos
ellos de la escuela granadina, además de un relicario de ébano, bronce y plata de 1694.
En cuanto a los dulces que esta
Congregación elabora destacan sus magnificas mermeladas, muy solicitadas por
los sevillanos así cómo sus dulces navideños que periódicamente son presentados
manteniendo una tradición tan entrañable.
Hola mi tía sor Teresita está hay está mi tía enterrada hermana de mi madre
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