Está situada en la calle Mateos Gago, 34 de
Sevilla
El horario de misas es:
Lunes a Viernes: 10:00, 20:00 y 20:30 horas.
Sábado: 20:00 y 20:30 horas.
Domingo: 10:00, 13:00, 20:00 y 20:30
horas.
El primitivo templo se encontraba en lo
que hoy es la Plaza de Santa Cruz, una antigua sinagoga hasta que en 1391 se
adapta para el culto cristiano, hasta que llegan los franceses y en 1810 la
derriban para llevar a cabo sus planes urbanísticos, convirtiéndose en la plaza
que anteriormente mencionamos.
La parroquia que hoy conocemos se levanta
sobre los terrenos que ocupaba el antiguo convento del Espíritu Santo de la
Orden Regular de Clérigos Menores, estos se establecen en Sevilla en 1624 en
una casa en la calle Aires, levantando su templo en los terrenos de la actual
Iglesia en la segunda mitad del siglo XVII, siguiendo el proyecto de Sebastián
de la Puerta, anteriormente estaban ocupados por el corral de comedias “Don
Juan”. La construcción final, la cabecera de tipo clásico y las tres naves, con
un amplio crucero cubierto por una majestuosa cúpula, se ejecuta siguiendo el
proyecto de José Tirado, siendo bendecido el convento y su templo a primeros de
1728. Hasta que en 1810 los franceses les expropian sus propiedades. Una vez
expulsadas las tropas invasoras, les son restituidas sus propiedades, sin
embargo se ven afectados nuevamente y de manera definitiva, en este caso con la
desamortización de Mendizábal.
La fachada y su espadaña no se ejecuta
hasta 1929, año en el que Juan Talavera, arquitecto regionalista, realiza el
diseño. Para esa época ya se había instalado la actual Iglesia, estableciéndose
definitivamente en 1840.
El edificio esta conformado por tres
naves, siendo de más altura la nave central, a la cual se abren galerías con
barandas de hierro forjado sobre las naves laterales que siguen hasta el
crucero. La cúpula del crucero es muy amplia siendo la clásica de media
naranja, descansando sobre pechinas apoyadas en gruesos pilares.
La amplitud y profundidad de la Capilla
Mayor permite situar el coro y en su sotocoro, conservando su exquisita
sillería. En el coro se puede ver uno de los mejores órganos de la ciudad, de
Martín Calvete de principios del XIX.
En su interior se conservan una gran
colección de retablos e imágenes de gran interés artístico, cómo la Virgen del
Rosario, antigua advocación, que se encuentra en el templete del Altar Mayor,
de Jerónimo Hernández, sustituyó a la primitiva Virgen de la Paz que
desapareció tras un incendio en el retablo mayor, siendo sustituido en 1792 por
el Templete de Blas Molner, que está formado por un zócalo con cuatro grupos de tres columnas
corintias que sustentan una cornisa redonda cubierta por una cúpula presidida
por la figura de la Fe. La Virgen actual procede del antiguo convento de San
Pablo.
En el pilar izquierdo del presbiterio se
encuentra el retablo de la Virgen de Lourdes, una imagen traída de Francia en
1879,
Junto a éste se encuentra el dedicado a
la Virgen de la Antigua, una imagen que aparecía de rodillas y abrazada a la
Cruz del único paso con el que contaba la hermandad en sus comienzos, fue
realizada a principios del XIX por Emilio Pizarro y era la primitiva cotitular.
En el brazo izquierdo del crucero se
encuentra el retablo del Crucificado de las Misericordias, imagen atribuida a
Pedro Roldán, siendo de la segunda mitad del XVII, es un Cristo expirante con
la mirada hacia arriba. El retablo procedía del extinto convento de la Asunción
y fue realizado en la segunda mitad del XVII.
Al otro lado, en el pilar derecho del
presbiterio otro retablo con San José con el Niño, del círculo de Pedro Roldán.
Al otro lado del crucero se encuentra el
dedicado a la Virgen de los Dolores, realizada por Antonio Eslava Rubio en
1967, se encuentra en un retablo del siglo XVII algo reformado tras el incendio
de finales del XIX. Estas dos imágenes son las titulares de la Hermandad de
Santa Cruz. En las calles laterales se encuentran las imágenes de Santo Tomás
de Aquino y San Filomena del siglo XVIII, estan realizadas en madera estofada.
En el banco aparece en una vitrina un grupo magnifico tallado en madera y
policromado que representa la Transverberación de Santas Teresa, realizado a
mediados del XVIII y está atribuido a Luisa Roldán, la Roldana. En el ático una
talla de San Felipe Neri del siglo XVII. A ambos lados del retablo aparecen dos
pinturas de San Pedro y San Pablo.
En la Nave del Evangelio la primera
capilla que nos encontramos con Santa Ana instruyendo a la Virgen Niña, un
grupo realizado por Pedro Roldán datado en 1670, el retablo es de Bernardo
Simón de Pineda y la pintura es de Valdés Leal, fue realizado en la misma
época.
En este retablo, costeado por doña Ana de
Luna Ladrón de Guevara. En el contrato se estipula que la madera sería de cedro,
borne o ciprés. La policromía corrió a cargo de Valdés Leal. Se trata pues del
mismo equipo que por entonces realizaba el Retablo Mayor del Hospital de la
Caridad. Preside la imagen de Santa Ana, sedente, representada como una mujer
de avanzada edad. Enseña a leer a la Virgen niña, que se halla de pie, formando
un mismo grupo escultórico. En la puerta del pequeño Sagrario del retablo pintó
Valdés Leal al Niño Jesús que por razones de seguridad, en su lugar se ha
puesto recientemente una copia..
A continuación el retablo del siglo XVIII
de escaso interés, aunque su estilo es cercano a Pedro Duque Cornejo está
dedicado a San Francisco Caracciolo, uno de los fundadores de la Orden de
Clérigos Menores. A ambos lados flanqueándolo se encuentran las imágenes de San
Antonio de Paula y San Francisco de Asís en madera policromada, ambas pueden
datarse en el siglo XVII.
Le sigue la capilla de Santa Bárbara, una
talla de tamaño natural de finales del XVII, fue patrocinado por el gremio de
plateros junto con el de San Eligio, esta santa simboliza con la torre que
sostiene en la mano, el martirio que tuvo que soportar al abrazar el
cristianismo, su padre la encerró en una torre. El retablo neoclásico es de la
segunda mitad del XIX.
Y el último de esta nave es el dedicado a
la Inmaculada, una talla de tamaño académico con los Arcángeles San Miguel y
San Gabriel a ambos lados, tallados por algún seguidor de Pedro Roldán. El
retablo de 1672 está atribuido a Bernardo Simón de Pineda, aunque no hay
certeza absoluta.
En la nave de la Epístola comenzamos por
la cabecera y nos encontramos con otras cuatro capillas, siendo la primera la
de San Antonio de Padua, esta imagen fue donada en 1730 a la Orden, es una
imagen perteneciente al barroco tardío del segundo cuarto del XVIII. El retablo
neoclásico está constituido por piezas procedentes de otros retablos.
Le sigue otro retablo de Bernardo Simón
de Pineda, es de estilo rococó y está dedicado a la Virgen del Mayor Dolor, una
imagen cuya talla policromada aparece arrodillada y sobresale el rictus en su
cara del padecimiento que sufre, su autor es desconocido y fue realizada con
anterioridad a 1752. En el frontal del banco se ve la pintura de un Cristo
Yacente del siglo XVII.
A continuación la dedicada a San Eligio o
San Eloy, esta imagen está atribuida a Juan de Mesa, el retablo realizado en
madera policromada del siglo XVII, fue patrocinado, como el de Santa Bárbara,
por el gremio de plateros y anteriormente estuvo en el extinto convento de San
Francisco, en el que este gremio tuvo capilla propia. Es realizado por Miguel
Albis en estilo neoclásico.
Le sigue el retablo dedicado a la Virgen
en el trance de su Soledad que aparece en una pintura sobre lienzo que ocupa el
espacio central, es de autor desconocido y datada en torno al siglo XVII. En el
ático se adivina una pintura de San Carlos Borromeo.
Por último la capilla bautismal, de
escaso valor artístico y junto a ella la imagen del XVIII de Santo Domingo de
Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores.
El cancel de entrada al templo procede el
convento de San Alberto de los filipenses.
Es realmente un avance por parte de la
parroquia, que sus distintas capillas, imágenes o retablos, estén identificados
mediante una plaquita que informa de lo que estamos viendo, es algo que se
debería contagiar en las restantes Iglesias.
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